lunes, 5 de octubre de 2009

Siempre estará ahí..o no?

Los seres humanos podemos vivir con unas poquitas cosas básicas, “necesidades primarias” que en la mayoría de las ocasiones ni nos percatamos en valorarlas como merecen, ya que en la sociedad en la que vivimos nunca han faltado. Somos unos privilegiados y simplemente al convivir diariamente con ellas, y solo cuando alguna falta es cuando nos sentimos realmente desgraciados. Cada uno puede generar su lista.

Existe una segunda “categoría” por así llamarla, de cosas dotadas de una importancia relativa o media para la existencia y el normal desarrollo de los humanos, que sin tener el carácter de necesarios, ayudan a complementar a los anteriores, estos cobran relevancia cuando podemos justificar la inexistencia de alguno de los primeros, no antes. Que cada uno genere su segunda lista.

Esperamos con todo esto encontrar un tercer bloque de elementos “no tan necesarios” para vivir, pero que, en determinados momentos pueden llegar a alcanzar una posición, sino primera, muy por encima del resto temporalmente.

En ocasiones, se tiende a aferramos a algo, o a alguien, sin pensar las consecuencias que el mínimo alejamiento podría provocar, y ese algo bien podría ser bailar tango, y hay momentos que las necesidades primarias pasan a un segundo plano, tomando este tipo de actividades, un plano mas importante. Es obvio que un bailarín o bailarina profesional de tango, no puede vivir sin bailar, ya que se gana la vida con eso, su economía depende del tango..pero, existen personas que podrían vivir sin bailar tango? La respuesta es que tampoco.

Cuando alguien me pregunta porque bailo tango, realmente soy consciente que desde que lo descubrí en un principio, pocas cosas me han llenado tanto y de un modo tan especial, que podría definirlo como único.

Veo a la gente que no baila, en cierto modo diferente a mi, y porque no, también me veo diferente a los que bailan otros bailes, y la respuesta es sencilla: el tango es diferente a todos los bailes.

Inicialmente fue un hobby, fue probar algo nuevo y diferente, ala vez que complicado, fue razón para muchas disputas, y a la vez para muchas alegrías, se interpuso entre personas y unió a otras, hizo aprender y alejo a muchos de sus dogmas, incentivó la curiosidad y a veces mató de aburrimiento, pero siempre fue un reto...y lo seguirá siendo.

No siempre los astros confabulan para que la inquietud y las ganas continúen posicionando al tango como una necesidad básica, incluso como una segunda necesidad. Hay que saber elegir el momento en el que esa prioridad vuelve a su posición inicial de salida, y deja de ser prioritario para ser de nuevo, algo más.

Quiero creer que el tango siempre estará ahí, como un buen amigo, siempre dispuesto a ser utilizado cuando lo necesites, pero...puede que no. Arriesgaremos.