Hay fotografías que me siguen transmitiendo mucho, aún habiendo pasado más de 7 años desde que fue tomada.
Muchos dirán que lo que aquí se muestra es tan sólo un balcón en medio de un bloque de casas viejas, atravesadas por un canal..., y en realidad, arquitectónicamente hablando así es, y me atrevería a decir que no es gran cosa además: cuatro paredes mal pintadas, con alguna que otra ventana sin apuntalar, con humedades que invaden los primeros metros de la pared y ni tan siquiera un buen contraste de luces del cielo y del edificio del fondo, hacen que su calidad sea mediana.
Estaréis de acuerdo conmigo que hoy en día cualquier foto, con las mil aplicaciones que tenemos instaladas en el móvil y las súper cámaras digitales que llevamos normalmente encima cuando hacemos un viaje, hacen o pueden hacer que cualquier foto adquiera un plus de creatividad o una mejora en su calidad una vez retocada.
La verdad es que esta foto a mi me gusta así, sin retoques, sin un encuadre excesivo, sin demasiada luz, sólo la justa que ilumina los 4 molinitos en las macetas medio secas del balcón, con un poquito de agua, un poquito de cielo y con un elemento central que con sus cuatro pinceladas de color, da vida a la foto.
Recuerdo la energía con la que fue tomada, y es que en ella, veo el encanto del paseo que estaba dando cuando disparé. La mire cuando la mire, siempre me da buen rollo, y con eso me quedo. Energía estática, plasmada en una foto.
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2 comentarios:
Me encanta. Sobre todo las emociones que provoca. Necesitamos espejos para expresarnos.
Te contaré lo que esa foto quiere que diga de mí.
Un abrazo
María Bernad
Me alegro que te guste :) Las imágenes físicas sirven para expresar en muchas ocasiones, lo que las imágenes que sólo están en la memoria no pueden hacer...
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